La Central de Autobuses de Monterrey responde primordialmente a la necesidad de regenerar la terminal de autobuses y de la zona circundante a través de un programa acorde a las necesidades actuales y a la regeneración urbana del centro de la ciudad, abordando adecuadamente tanto el tema de diseño funcional como estético.
El proyecto de dos fases fue un acuerdo mutuo entre los sectores público y privado, pues ambos requerían un edificio de oficinas y usos mixtos con el potencial de ser un detonador urbano en el área.
Para desarrollar el proyecto de la nueva central se partió de la concentración de diversos espacios que son necesarios dentro del programa que incluye: taquillas, administración, sala de espera, locales comerciales y servicios sanitarios.
Concentrar el programa tiene como objetivo lograr una central con espacios de fácil lectura para los usuarios, fácil funcionamiento y, por ende, mayor eficiencia.
Siempre existió un tema de regeneración urbana a lo largo del proyecto y parte del edificio mismo, que cuenta con una lectura simplificada en una fachada de cristal y concreto aparente, una circulación simplificada y eficiente, y un estacionamiento adecuado dan la pauta de lo que se requiere: un edificio con un programa eficiente, con una propuesta arquitectónica acorde con las necesidades de la zona y que genera una panorámica agradable para el transeúnte que recorre el exterior.
Para esto se propuso un edificio de forma rectangular que principalmente fuera de fácil lectura al visitante, como se menciona anteriormente, y al mismo tiempo que tuviera la transparencia necesaria para que los usuarios identifiquen claramente la zona de taquillas desde el exterior.
Por el exterior, la altura del edificio y los domos de gran altura que están iluminados de noche responde directamente a la problemática de lectura de los usuarios que llegan por el metro.
En planta, al centro del rectángulo se encuentran las taquillas y hacia ambos costados se ubican las salas de espera que están separadas por las taquillas con la finalidad de identificar los viajes locales de los regionales. A un lado de las salas de espera, se cuenta con unas cajas de concreto aparente destinadas a las áreas comerciales, y al fondo, se encuentran los servicios públicos.
El espacio interior recibe luz natural a través de los ventanales laterales de piso a techo y por los domos de gran formato, localizados de forma que la iluminación tenga una correcta distribución. Los domos promueven un ahorro energético y funcionan también como disipadores de calor gracias a las ventilas que propusimos instalar en la parte superior.