Este proyecto tiene un trasfondo social siguiendo la tendencia de los usos mixtos, un conjunto donde se potencia la presencia, el uso de la banqueta junto con la comunicación con el entorno urbano. Pino Suárez funciona como un espacio de transición, un pasaje urbano donde convergen los flujos peatonales adyacentes, ofreciéndole a sus visitantes un punto de atracción en el centro de la ciudad.
Se propusieron dos grandes accesos deprimidos, que además de ser una transición o pasaje, se convierte en un punto de encuentro y resguardo para el peatón, donde se ubica un gran centro comercial que potencia la oferta ya existente en este cuadro de la ciudad de Monterrey.
Sin duda, Pino Suárez sigue la tendencia e intención de promover la repoblación y detonación del centro, por lo que además del comercio se integraron dos torres de departamentos con 100 unidades cada una, un total de 200 departamentos divididos en tres tipologías diferentes.
Para promover la mayor flexibilidad en el área comercial se implementó una estructura portante exterior, una armadura que permite el uso de la menor cantidad de columnas en el área interior, permitiendo diversidad en la distribución de los niveles comerciales.
Para las torres de vivienda, la volumetría responde a la disposición de las plantas de las diferentes tipologías, generando un juego de fachada dinámica por medio de los propios muros de los departamentos como parte de una estrategia de optimización de costos.